En los últimos años de la década del 80 se convirtió en un referente del país en el área de la ingeniería y participó en obras cruciales para el desarrollo de Argentina, a tal punto de que hay una estatua de él en la sede de Paseo Colón de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, una avenida con su nombre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un municipio autónomo con su nombre en General Roca (Río Negro), entre otros diversos homenajes, como institutos y escuelas con su nombre.